No es una despedida, pero te mando un beso desde lejos

Nunca supe realmente porqué la piel de sus manos estaba descolorida. Tampoco me importó. Era una de las múltiples cualidades de aquella mujer incansable, humilde y valiente.
Al menos, esa es la imagen que a mí me dejó. Instantáneas pasan lentamente frente a mí mostrándome el pasado. Luces, colores y aromas que se mezclan para traer los recuerdos de alguien irremplazable en todos los sentidos.

Solo había una manera de desahogarme, de expresar todo lo que estaba sintiendo. Quería hacer muchas cosas: llorar, chillar, romper el mundo y escaparme lejos... o quizás ninguna. No lo sabía entonces y no lo sé ahora. Quería sentirme mejor sin saber cómo y solo pude escribir. Letras y letras sobre recuerdos.
Nuestros recuerdos, tuyos y míos. 

El flan de huevo y las natillas con cucurucho; el olor a agua de rosas y los besos enviados de lejos, desde la ventana. Los primeros desayunos antes del cole, los veranos y las tardes de invierno lluviosas. La mantequilla con azúcar y los bocadillos de patatas fritas robadas. Los juegos de mesa y bajo la mesa o en el pasillo. Los nervios de la selectividad y las ganas de no crecer. La cascarilla. Las sábanas blancas de flores verdes y azules en una cama abatible. La permanente. Los piropos excesivos. El color verde baño y el "sintasol".
Tu sonrisa, tu voz, tu tacto, tu tranquilidad, tu dedicación, tu amabilidad, tu esfuerzo continuo, tu respeto, tu confianza en mí... pero sobretodo tu amor han marcado la diferencia.
Donde estés sólo espero que sepas lo mucho que te quiero. Sí, en presente. Así era ayer, pero también lo es hoy y estoy segura de que lo será mañana.
Puede que el tiempo suavice este dolor, pero tu recuerdo estará por siempre en mi mente.
Gracias abuela por estos maravillosos 27 años que me has acompañado, en los que me has secado lágrimas y curado heridas (conservo marcas que las demuestran ¿verdad?). Nunca seré tan fantástica como me veías, pero al menos intentaré que donde estés te sientas orgullosa de mí. Lo prometo.


Un guiño y un beso con la manos, desde tan lejos. Tú ya sabes porqué.